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El estrés y la alta sensibilidad

Actualizado: 10 abr


El estrés es una respuesta natural del organismo ante una situación que se percibe como amenazante o desafiante, y que requiere una respuesta adaptativa para garantizar la supervivencia. Sin embargo, cuando esta respuesta se activa de manera excesiva o crónica, puede ser perjudicial para la salud física y mental, especialmente para las personas altamente sensibles (PAS). Las PAS son más propensas a experimentar un estrés crónico debido a su mayor capacidad para percibir y procesar la información sensorial y emocional. Esto significa que están más expuestas a situaciones estresantes, y que también pueden experimentar una sobrecarga sensorial que puede desencadenar una respuesta de estrés. Además, las PAS pueden ser más sensibles a ciertos estresores, como el ruido, la luz brillante, las emociones negativas de otras personas y las situaciones sociales intensas. Estas situaciones pueden activar una respuesta de estrés que puede ser difícil de controlar, lo que puede afectar la salud física y mental a largo plazo.

A nivel neurobiológico, el estrés crónico puede tener un impacto negativo en el cerebro y en el sistema nervioso, incluyendo la reducción del tamaño del hipocampo (una estructura cerebral clave para la memoria y el aprendizaje), la disminución de la producción de células cerebrales nuevas y la reducción de la conectividad entre regiones cerebrales.

Para las PAS, es especialmente importante tener herramientas para gestionar y reducir el

estrés, ya que están más expuestas a situaciones estresantes y pueden experimentar una sobrecarga sensorial que puede desencadenar una respuesta de estrés. Algunas de las herramientas más eficaces para reducir el estrés en las PAS son la meditación, la respiración profunda, la relajación muscular progresiva y el ejercicio físico moderado. La meditación, en particular, ha sido ampliamente estudiada por sus efectos beneficiosos sobre la salud mental y física. Se ha demostrado que la meditación reduce los niveles de cortisol (una hormona del estrés) en el cuerpo y aumenta la densidad de materia gris en áreas clave del cerebro, como el hipocampo y la corteza prefrontal.

En resumen, las PAS pueden ser más susceptibles al estrés crónico debido a su mayor capacidad para percibir y procesar información sensorial y emocional. El estrés crónico puede tener un impacto negativo en la salud física y mental de las PAS, pero existen herramientas eficaces para reducir el estrés, como la meditación, la respiración profunda y el ejercicio físico moderado.

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